
La investigación dio unos resultados que sorprendieron a Tabata, ya que el grupo de entrenamiento interválico había aumentado su capacidad aeróbica en un 14%, mientras que el otro grupo un 10%. Esto fue muy significativo teniendo en cuenta la duración de ambos entrenamientos.
Lo más destacable del entrenamiento Tabata es la cantidad de sangre que debe bombear el corazón al realizarse un entrenamiento de tan alta intensidad con periodos de descanso muy cortos, lo que nos ayuda a quemar kilocalorías no sólo durante el entrenamiento, sino durante varias después de la realización del ejercicio.
Pero no sólo mejoramos nuestra capacidad aeróbica, también nuestra resistencia anaeróbica y capacidad muscular por lo que se convierte en un tipo de entrenamiento que deberíamos introducir en nuestra rutina, siempre al final debido a su intensidad y siempre teniendo en cuenta realizarlo con una carga adecuada, acompañados si podemos, controlando los progresos y no realizándolo todos los días, y por encima de todo, adaptado a nuestras posibilidades. Adelante!